¿Conoces los Beneficios del Vino?

El vino tiene unos componentes que ayudan a depurar la sangre, protegen la salud del corazón y la envoltura de los vasos sanguíneos

Equipo Finca La Cerca | 20 de enero 2019


Los efectos beneficiosos de beber una copa diaria de vino se relacionan con distintos compuestos, entre los que destacan sus taninos. Los taninos son sustancias químicas naturales que, entre otros, comprenden los pigmentos responsables del color del vino y se presentan especialmente en los tintos y, en menor concentración, en los rosados y en algunos blancos. Se reconocen fácilmente en boca ya que nos transmiten una sensación secante que se registra en las encías y el paladar.

Los taninos en el vino provienen de las uvas y la madera. En las uvas se encuentran en la piel, las pepitas y en los tallos de la vid por lo que, durante el pisado de la uva y posterior fermentación, el jugo está en contacto con estos tres elementos. Así, los vinos tintos tienden a tener más cantidad de taninos que los vinos blancos, ya que el contacto prolongado de los hollejos con el jugo da el tiempo suficiente para que éstos se disuelvan parcialmente.

También, los taninos pueden provenir de los de la madera cuando se disuelven durante el almacenamiento en barricas de roble. Por esta razón, también podemos encontrar vinos blancos con taninos, debido a su crianza en barricas de madera. Con el paso del tiempo, los taninos nobles maduran y el vino madura, y así nos resulta más amable, agradable y redondo. Por esta razón, cuando hablamos de taninos amables, maduros, elegantes o nobles, ponemos de manifiesto algunos de las mejores cualidades de un vino.

Beber una copa de vino al día, y especialmente en el marco de una dieta mediterránea, pueden ser aliados importantes para nuestra salud en general. Aquí te contamos algunas razones:


1. Combate el envejecimiento

Durante el medioevo, muchos monjes ya hablaban de los beneficios anti-envejecimiento del vino y en la actualidad, distintos laboratorios han confirmado que el resveratrol en el vino tinto y el tirosol en el vino blanco son antioxidantes que fomentan un envejecimiento más saludable y natural.

2. Es bueno para el corazón

El resveratrol y otros taninos colaboran en la prevención de enfermedades cardíacas, disminuyendo las posibilidades de coagulación de la sangre para que fluya de una manera mucho más natural, evitando obstrucciones.

3. Un aliado para bajar de peso

Los taninos activan un gen que impide la formación de nuevas células grasas y además, fomentan la depuración y eliminación de las existentes. Obviamente, estos resultados serán más firmes si lo combinamos con una dieta equilibrada y libre de grasas.

4. Potencia para nuestro cerebro

En distintas investigaciones se ha comprobado que beber vino de forma equilibrada, moderada pero constante, hace que podamos prevenir demencias y enfermedades degenerativas de nuestro cerebro, resolviendo la inflamación, evitando el endurecimiento de los vasos y mejorando el riego sanguíneo.

5. Aumenta nuestras endorfinas

Al beber una copa de vino, liberamos endorfinas, relajándonos y disfrutando más del momento. No olvides que el vino combinado con determinados alimentos y platos potencia aún más su sabor y el disfrute de los mismos, por lo que el maridaje es algo muy interesante para realizar en tu mesa.

6. Limpia nuestro paladar

Al beber vino tinto mientras comemos hace que, gracias a sus propiedades astringentes, el sabor de la comida se perciba de modo más intenso. Reduce el sabor de las grasas si comemos carne y nos da una sensación gratificante al limpiar nuestra boca.

7. Bueno para reducir el colesterol

El resveratrol y otros taninos son potentes antioxidantes que nos ayudan a cuidar de nuestros vasos sanguíneos, ya que evitan la formación de coágulos y fomentan el control de los niveles del colesterol “malo”.

8. Reduce los procesos inflamatorios

El resveratrol junto con otros taninos y flavonoides son potentes antioxidantes que limitan el efecto nocivo de los radicales libres que se producen en los procesos inflamatorios que contribuyen al desarrollo de numerosas enfermedades.


¿Se deben enfriar los vinos?

Equipo Finca La Cerca | 19 de enero de 2019

Cuando los vinos no se encuentran a su temperatura de consumo, se deben enfriar, incluyendo los vinos tintos a los que, muchas personas piensan de manera equivocada, “deben beberse a temperatura ambiente.”

Cuando bebemos un vino por encima de su temperatura aconsejada, se producen cambios en su aroma y sabor. A mayor temperatura aumentan los sabores ácidos y los aromas se evaporan con mayor rapidez, tanto los recogidos por vía directa (nasales) como los absorbidos por vía indirecta (retronasales), ya que la temperatura del vino en el interior de la boca aumenta de 2 a 5º C en cinco segundos. El calor exalta las sensaciones ácidas, los excesos de azúcar y la fuerza alcohólica, moderando el amargor de los taninos. Por el contrario, el frescor modera las sensaciones ácidas, los excesos de azúcar y la fuerza alcohólica. Además nos permite notar más su cuerpo y la astringencia provocada por los taninos. Por estas razones, los vinos tánicos necesitan más temperatura y, por el contrario, los vinos más ácidos deberán servirse más frescos.

Como guía, las temperaturas idóneas para disfrutar el vino son:

Blancos dulces entre 4º y 7 º C | Blancos jóvenes secos entre 6º y 8º C | Blancos criados o fermentados en barrica entre 9º y 12º C

Rosados entre 9º y 12 º C.

Tintos jóvenes entre 12º y 15º C | Tintos Crianza entre 15º C y 17º C | Tintos Reserva y gran Reserva entre 16º y 18º C.